VUELVE EL WESTERN
Al igual que ocurre con la novela negra, el western es un género en el que existe una serie de elementos ineludibles: un espacio definido (el salvaje oeste americano en el que se ubican el salón, las calles polvorientas, la cárcel, el rancho, las praderas inabarcables), unos personajes tipo (el sheriff, el predicador, el cuatrero, los indios, el médico ebrio, el pistolero, el cowboy) y unas escenas (el duelo con pistolas, el enfrentamiento armado entre colonos e indígenas, el asalto a la cárcel, el ajusticiamiento de los culpables o el linchamiento de los inocentes) que, a su vez, pueden parodiarse o revisarse, dándoles una vuelta de tuerca y permitiendo que se conviertan en una excusa para abordar temas universales como la condición humana, la lealtad, la justicia, el valor o la soledad. Por eso, aunque se haya dado por muerto en más de una ocasión, al cabo de un tiempo, se regresa a él como fuente inagotable de historias que siempre resultan atrayentes. Es lo que ocurre con Abel, la última novela del escritor italiano Alessandro Baricco (Turín, 1958). Protagonizada por Abel Crow, un legendario sheriff, famoso por su puntería, es un homenaje al western, tanto al clásico como al crepuscular, en el que el lector encontrará todos los tópicos antes mencionados, narrados con un elegante estilo, en el que caben las referencias filosóficas y literarias, e historias que se entrecruzan, van y vienen, para conformar un mosaico de vidas únicas que solo este género puede ofrecernos.