Félix Ángel Moreno Ruiz

domingo, 22 de enero de 2017

LOS DURMIENTES de Luis de León Barga

ESPIONAJE A LA ESPAÑOLA


En Los durmientes, del escritor y periodista Luis de León Barga, nada es lo que parece y la sorpresa puede estar esperándonos, agazapada, a la vuelta de cada página. Protagonizada por Rosa, una historiadora que malvive realizando pequeños y poco remunerados trabajos de investigación, la novela relata sus peripecias cuando una fundación (de esas que, al amparo de la ley, ocultan siniestras intenciones) le encarga que escriba las memorias de Jaime Monasterio, un oscuro personaje que, surgido de las cloacas del Franquismo, había participado en el proceso de transición a la democracia y que luego fue acusado de espiar para la Unión Soviética. Después de aceptar el trabajo, se entrevista con su familia y amigos e incluso viaja a Roma porque Jaime había vivido en la capital italiana durante los convulsos años cuarenta y cincuenta del pasado siglo. Poco a poco, Rosa va descubriendo que la línea divisoria entre la verdad y la mentira, entre la lealtad y la traición, no es tan nítida y que, al igual que los demás pretenden manipularla, también ella pueda manejarlos a su antojo y en su propio beneficio. 
Profusamente documentada, repleta de interesantes anécdotas sobre personajes históricos de la época, Los durmientes relata un episodio poco conocido de la reciente historia de nuestro país: la participación de periodistas y diplomáticos españoles en la red de espionaje que organizaron (y siguen organizando) las potencias más influyentes desde la Gran Guerra.

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