Félix Ángel Moreno Ruiz

domingo, 15 de octubre de 2017

EL SHOW DE GARY de Nell Leyshon

PASEN Y VEAN


El show de Gary es la última novela de la escritora inglesa Nell Leyshon (Glastonbury, 1962). Reputada dramaturga, su anterior obra, Del color de la leche (publicada también por Sexto Piso en 2013), obtuvo el reconocimiento de la crítica y el beneplácito del publico español. Si entonces la protagonista era una niña de quince años que, en la Inglaterra rural de principios del siglo XIX, contaba una historia de penurias y de superación, ahora nos encontramos con Gary, un delincuente habitual que, tras toda una vida marcada por las drogas y la cárcel, realiza un pormenorizado relato de su experiencia vital desde su nacimiento en el seno de una familia desestructurada (formada por una madre alcohólica, un padre ladrón y maltratador, y dos hermanos menores) hasta su entrada en una espiral autodestructiva de violencia y de drogadicción. Contada en primera persona, como ocurre en la novela picaresca, comparte con este género barroco numerosos puntos en común: el uso de la analepsis como técnica narrativa, el recorrido de la vida de Gary como un proceso de aprendizaje, la presencia de varios “amos” que le enseñan distintas formas de delinquir y que lo hacen madurar a base de golpes, y un protagonista que es un antihéroe (en este caso, un ratero, que lo mismo roba bolsos que desvalija casas deshabitadas). Hay, también, una deuda con la aclamada novela de Irvine Welsh, Trainspotting, por la frescura y desenfado de sus personajes principales. Como el inolvidable Mark Renton (interpretado para la gran pantalla por Ewan McGregor), Gary es un deslenguado y encantador caradura, que se mete al lector en el bolsillo desde la primera pagina y lo hace partícipe de sus miedos, de sus zozobras y de sus ambiciones.
A lo largo de las páginas del libro, asistimos a la radiografía de una vida marcada por los malos tratos, la falta de amor y el desprecio, al aprendizaje de diversas métodos de robo y de estafa (de hecho, el libro se puede leer como un instructivo manual para delincuentes), que van cubriendo con distintas capas de dureza la concha protectora que Gary se fabrica para sobrevivir en un mundo cruel y despiadado, en el que todo cambia cuando conoce a Mandy, una prostituta toxicómana con la que toca fondo e inicia el largo proceso de regeneración. El protagonista habla directamente al lector con un lenguaje mordaz, cínico y poblado de disfemismos, y lo invita a acompañarlo en el recorrido de su vida  como si fuera un show y él, el maestro de ceremonias. De esta forma, nos hace cómplices de su manera de entender la vida y nos obliga a reflexionar sobre un debate presente en la novela desde el Naturalismo (la lucha entre el libre albedrío y el determinismo biológico y cultural) y a aceptar que, tal vez, nosotros habríamos actuado como él en las mismas circunstancias

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