Fazio entra en el despacho del comisario. Su semblante serio lo dice todo.
—Ha muerto Camilleri.
Montalbano se levanta, coge la chaqueta y sale del despacho.
—¿Adónde va, dottore?
—A la trattoria de Enzo. A darle un homenaje.
Que la tierra te sea leve, maestro.
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