Félix Ángel Moreno Ruiz

domingo, 27 de octubre de 2019

DOS AMORES PERDIDOS de Juan Villoro


LLUVIA PURIFICADORA


Bajo el sugerente título de Dos amores perdidos, el escritor mexicano Juan Villoro ―galardonado, entre otros premios, con el Herralde de novela por El testigo en 2004― nos presenta dos relatos que tienen como tema principal la reflexión de sus protagonistas sobre el fracaso de las relaciones amorosas. En el primero, titulado Llamadas de Ámsterdam, Juan Jesús, un pintor frustrado, intenta reconducir un matrimonio que naufragó diez años antes. Al tiempo que se convence de que el pasado ya no volverá, hace balance crítico de su existencia y de la época que le ha tocado vivir: la corrupción política y la cotidianidad de la violencia en México. En Conferencia sobre la lluvia, un bibliotecario improvisa una charla que, en principio, versa sobre libros, pero que pronto se convierte en un recorrido por sus aventuras sentimentales. Como acertadamente señala Villoro en el prólogo de libro (Dos formas de la lluvia), refiriéndose a los contadores de cuentos tradicionales, “las buenas historias concluían antes de que se apagara el fuego; luego, cuando solo unos tiznones brillaban en la oscuridad, los enigmas que se habían narrado alumbraban el sueño de quienes los habían oído”. Y, precisamente, los dos relatos que conforman De amores perdidos, con sus finales abiertos, sugieren, dejan interrogantes que nos invitan a la reflexión melancólica, en la que la lluvia es el agua purificadora que nos libera del peso del fracaso.

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