Félix Ángel Moreno Ruiz

lunes, 30 de junio de 2014

LA CÁMARA SANGRIENTA de Angela Carter


ALGO MÁS QUE UN CUENTO INFANTIL


La periodista y novelista británica Angela Carter (Eastbourne, 1940), fallecida prematuramente en 1992, está considerada como una de las más reputadas escritoras de literatura fantástica en lengua inglesa. Autora de novelas de éxito comercial ―algunas, como La juguetería mágica, han sido llevadas al cine―, escribió también varios libros de relatos. Precisamente, la editorial Sextopiso acaba de editar en España La cámara sangrienta ―cuyo título original, cuando apareció en 1979 por primera vez, era La cámara sangrienta y otros cuentos―, un conjunto de relatos que versionan varios de los cuentos fantásticos y de hadas más conocidos de la Literatura tradicional. Así, el que da título al libro es una adaptación de Barba Azul de Charles Perrault; en El cortejo del señor León y en La novia del tigre, se hace lo propio con La Bella y la Bestia de Beaumont; El gato con botas versiona el relato homónimo de Perrault; en La dama de la casa del amor, encontramos los ecos de Drácula de Bram Stoker; El hombre lobo y La compañía de los lobos son una interesante revisión de Caperucita roja de los hermanos Grimm; en Lobalicia, relato que cierra el libro, se aborda el tema de la licantropía, presente ya en Las metamorfosis de Ovidio. En total, son diez cuentos de extensión variable: el primero, La cámara sangrienta, podría considerarse una novela breve; por el contrario, La niña de nieve posee la sugerente brevedad de un microrrelato. Sin embargo, es posible atisbar en todos ellos algunos elementos comunes. En primer lugar, la autora da una vuelta de tuerca al cuento tradicional pues lleva a cabo una relectura con finales originales y giros sorprendentes. También hay un novedoso cambio de perspectiva: el personaje femenino se convierte en la voz del narrador, deja de ser un mero objeto pasivo y adquiere un papel primordial en la historia. Por otra parte, el ambiente erótico impregna todos los cuentos y les otorga un aire de decadencia con claros influjos del marqués de Sade. Además, Angela Carter profundiza en la atracción morbosa que tiene el ser humano por lo aborrecible, por lo monstruoso, y en los mecanismos del subconsciente que desencadenan esa atracción. Esto lo consigue, en parte, gracias a una cuidada ambientación gótica que convierte el terror en un elemento constante en las narraciones. Y todo ello elaborado con bellas imágenes, con una prosa densa, parsimoniosa, que se complace en los detalles. A estos logros se añaden la cuidada edición de Sextopiso y las sugerentes ilustraciones de la chilena Alejandra Acosta, que convierten La cámara sangrienta en un libro cuya lectura resulta imprescindible, no solo para los amantes de la literatura fantástica, sino para cualquier aficionado a la buena literatura.

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