EL CAMBIO INMUTABLE
La suma
de los ceros es
la primera novela del editor y traductor Eduardo Rabasa (Ciudad de México,
1978), cofundador de la editorial Sexto Piso. Después del éxito cosechado en su
país natal, la obra ve ahora la luz en España en la recién creada colección
“Americalee” de la editorial riojana Pepitas de calabaza. Se trata de una
novela extensa que está situada en Villa Miserias, una imaginaria ciudad aquejada
de los problemas de cualquier urbe sudamericana (sobrepoblación, llegada de
inmigrantes que se hacinan en los arrabales, corrupción, edificios ruinosos y
poco habitables, delincuencia organizada, tráfico de drogas, paro juvenil), en
la que surge una nueva ideología, denominada “quietismo en movimiento”, que
cala profundamente en los barrios más humildes porque propugna la participación
ciudadana en la gestión de la ciudad, y en el reparto de tareas y beneficios.
Sin embargo, esta ideología, en apariencia idílica, encierra oscuras y
malévolas intenciones por parte de quienes la han diseñado: el juego
democrático y participativo es solo eso, un juego de apariencias, que sirve
para dar la sensación de que todo está cambiando cuando, en realidad, gobiernan
y deciden los de siempre, “los otros”.
A pesar de
que el verdadero protagonista de la trama es Villa Miserias, nombre cargado de
connotaciones simbólicas, se puede considerar La suma de los ceros como una novela coral, en la que abundan los
personajes perfilados con maestría. Entre ellos, destacan Selon Perdumes (el misterioso
y ambiguo creador de esta nefasta ideología) y su antagonista, Max Michels, un
joven que, educado por su estrambótico padre en una relación peligrosa entre la
verdad y la mentira, se constituirá en la nota discordante con el sistema, al
que intentará desenmascarar cuando se presente como candidato a las elecciones
para ser nombrado presidente de colonos de Villa Miserias. Los acompañan
secundarios inolvidables como Orquídea López, la más ferviente seguidora de
Perdumes; su sobrina Nelly López; Pascual Bramsos, el escultor que utiliza el
dinero como materia de sus obras, y Mauricio Maso, el traficante y benefactor de
la ciudad.
Edudardo
Rabasa utiliza un estilo complejo, que no hace concesiones y que no está en
consonancia con la narrativa comercial actual, de fácil digestión. Como en las
mejores novelas experimentales de los años sesenta y setenta, se mezclan
distintos tipos de lenguaje (jurídico-administrativo, literario, político) con
numerosos modismos idiomáticos, y expresiones coloquiales y vulgares. Y todo
ello al servicio de una dura y clarividente sátira, al más puro estilo
orwelliano, de las democracias occidentales actuales, en las que las cosas solo
cambian en apariencia para permanecer inmutables porque, como reza el título,
la suma de los ceros da siempre cero.
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