MADRID NOCTURNO
Tras
el éxito de Cómo dejar de escribir (2017),
la escritora andaluza Esther García Llovet (Málaga, 1963) acaba de publicar Sánchez, la segunda entrega de la Trilogía instantánea de Madrid. Nikki,
una joven que estudió Filología y regentó un bar de copas, pero que ahora
navega a la deriva sobreviviendo con lo que le sale, busca desesperadamente a Cromwell,
un galgo purasangre, con el que pretende montar una carrera ilegal y obtener un
pingüe botín. Pero antes debe localizar a Sánchez, un antiguo novio que es un
auténtico gafe, y a Bertrán, un muchacho de familia acaudalada que ha sido el
último dueño del perro.
Escrita con un estilo muy marcado, personal y
desenfadado, Sánchez es una novela
breve que se lee en un suspiro y que sabe a poco. De la mano de unos personajes
estrafalarios y dotados de una personalidad arrolladora, el lector recorre un
Madrid nocturno, de timbas ilegales, de gasolineras solitarias, de gente que
trafica con anabolizantes, de absurdas performances
organizadas por artistas estafadores, de buscavidas que se ganan el sustento
diario dando palos a la gente con timos tan burdos y seguros como el trile, de
niños pijos que no pueden dormir porque encadenan una fiesta tras otra. Es un
Madrid magnético, tan real como ficticio, en el que se moverían como si
estuvieran en casa muchos de los personajes de Juan Madrid o Bellón, el matón
de las novelas de Julián Ibáñez.
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