Félix Ángel Moreno Ruiz

sábado, 29 de enero de 2022

VOLANDO

Volando,

volando raso

como los vencejos.

Con humildad. 

Con honestidad

                         intelectual.

 Con elegancia.

INSOMNIO de José Antonio Ramos Sucre

SOLEDAD Y DESESPERACIÓN


El escritor venezolano José Antonio Ramos Sucre (Cumaná, 1890 – Ginebra, 1930) fue una rara avis dentro del panorama literario de su época. Diplomático de profesión, lo que le permitió viajar por Europa y conocer los movimientos de Vanguardia, cultivó el ensayo y la poesía. Sus contemporáneos no comprendieron una lírica en prosa, reunida en tres volúmenes (La torre de Timón, El cielo de esmalte y Las formas del fuego), que huía del rancio Modernismo al que estaban adscritos sus paisanos y que abrazaba nuevas formas de expresión y una visión conceptual que dificultaba su comprensión. Aquejado de un insomnio impenitente y de trastornos de naturaleza psíquica, se vio obligado al ingreso en instituciones psiquiátricas y al consumo regular de estupefacientes para mitigar la ansiedad y el sufrimiento. Precisamente, con una sobredosis de veronal, el peligroso hipnótico que hacía furor en la época, acabó con su vida para entrar de inmediato en el Parnaso de los autores malditos y de los genios incomprendidos. Ahora, con un interesante prólogo de Juan Bonilla, la editorial gaditana Firmamento reúne, bajo el esclarecedor título de Insomnio, los textos que dedicó al terrible mal que le aquejaba. Son cincuenta y un poemas que reflejan la lucha de un alma atormentada, la búsqueda desesperada de sosiego y de paz, la soledad y desamparo de un hombre que pasea de madrugada mientras sus pasos resuenan en las calles solitarias de la ciudad dormida.

domingo, 16 de enero de 2022

BUENA MAR de Antonio Lucas

 EL MAR COMO CATARSIS

La dura vida de los pescadores y su especial relación de amor-odio con el mar han sido un tema recurrente en la literatura. En la memoria de los lectores permanecerán para siempre títulos inolvidables como Moby Dick de Herman Melville El viejo y el mar de Ernest Hemingway o Gran sol de Ignacio Aldecoa. Precisamente en el caladero del Atlántico Norte, tristemente famoso por la ferocidad de sus tormentas, donde sitúa su novela el escritor alavés, lo hace también el periodista y poeta Antonio Lucas (Madrid, 1975), quien, con Buena mar, se sumerge, por primera vez y con gran éxito, en el género narrativo. A partir de unos reportajes periodísticos que el autor realizó tras pasar unos días en un arrastrero vigués compartiendo los peligros con once curtidos marineros de diversas nacionalidades, Antonio Lucas decidió novelar aquellas experiencias pasándolas por el tamiz de la ficción y el resultado es una excelente novela, escrita con un lenguaje de gran belleza, en el que destacan las descripciones poéticas y las reflexiones del protagonista, un periodista que inicia el viaje de su vida huyendo de un matrimonio fracasado y buscando respuestas sobre sí mismo, respuestas que no encontrará jugándose la vida a cada instante en un barco pesquero, porque tal huida es un espejismo: “el mar ─dice uno de los personajes─ es un lugar de paso, antes o después sales o te hundes”.

LAS CEREMONIAS DEL VERANO de Marta Traba

 LA MELANCOLÍA DEL ESTÍO

El fallecimiento prematuro de la escritora argentina Marta Traba, víctima de un accidente de aviación en 1983, supuso el fin de una prometedora carrera literaria que ya había alumbrado algunas obras maestras como Las ceremonias del verano, novela que se alzó en 1966 con el prestigioso Premio Casa de las Américas (que contaba en el jurado con figuras del boom hispanoamericano de la talla de Mario Benedetti o Alejo Carpentier) y que ahora la editorial Firmamento publica en una cuidada edición que permitirá al lector actual conocer a una escritora que en España ha sido ignorada tradicionalmente por la crítica, a pesar de sus orígenes hispanos (era hija de inmigrantes gallegos) y de ser una mujer valiente, feminista y comprometida con su tiempo. En Las ceremonias del verano, Traba nos presenta cuatro historias protagonizadas por sendas mujeres que rememoran épocas de su vida vinculadas a un espacio geográfico concreto (un pueblo en los arrabales de Buenos Aires, la capital francesa, Gastelgandolfo y una ciudad anónima) que se convierte en testigo de sus vivencias, de sus anhelos y decepciones. Con el verano (caluroso y agobiante) como telón de fondo y utilizando con maestría técnicas literarias innovadoras en su tiempo, la escritora argentina nos invita a sumergirnos en estas cuatro miradas irónicas e inteligentes, no exentas de poesía y de nostalgia.

COMO ÁNADES de Gonzalo Calcedo

 PÁJAROS SIN RUMBO


Con la pandemia del virus Covid-19 como telón de fondo (y como velada amenaza), el escritor palentino Gonzalo Calcedo nos presenta en Como ánades nueve relatos que tienen como nexo común a un prototipo de protagonista: un ser desnortando, que ha perdido el rumbo y que se ve incapaz de dar un sentido a su lamentable y patética existencia. Este puede ser una mujer que intenta detener el inexorable paso del tiempo refugiándose en la bebida o un padre recién divorciado que procura congraciarse con un hijo adolescente que se mofa de él a escondidas o un hijo que tiene que lidiar con un progenitor estafador y mujeriego o una amante abandonada por un desaprensivo que solo busca ocasionales aventuras pasajeras o un pusilánime funcionario incapaz de atrapar el amor cuando este se le ofrece en bandeja o un triste imitador de Budy Baxter, el protagonista de El apartamento, interpretado por Jack Lemmon, o una escultora que regresa a la casa familiar (y a los demonios que habitan en ella) para ponerla en venta o una joven actriz que malvive actuando, disfrazada de payaso, en la planta de oncología de un hospital o una mujer que, tras enamorarse, es sentenciada a muerte por un cáncer terminal. A pesar de esta visión pesimista, hay en todos los cuentos una mirada tierna y poética hacia unos seres desamparados que, intentando salvarse, se aferran a cualquier tabla podrida que flota en ese proceloso océano que llamamos vida.