Félix Ángel Moreno Ruiz

sábado, 26 de noviembre de 2022

RICCARDINO de Andrea Camilleri

HASTA SIEMPRE, MONTALBANO


En el año 2004, a punto de cumplir los setenta y nueve años, el escritor siciliano Andrea Camilleri inició la redacción de la que iba a ser la última novela de la serie protagonizada por el comisario Montalbano. Conmocionado por el repentino fallecimiento de sus amigos, el marsellés Jean-Claude Izzo y el español Manuel Vázquez Montalbán, que habían dejado huérfanos a sus respectivos sabuesos literarios, Fabio Montale y Pepe Carvalho, y temiendo su propia muerte dada su avanzada edad y su impenitente afición al tabaco rubio americano, decidió seguir los pasos de Agatha Christie, quien escribió Telón, la novela en la que hace su último saludo en el escenario el detective belga Hercule Poirot, cuarenta años antes de que se publicara póstumamente. De la misma forma, una ver terminado el manuscrito en 2005, Camilleri se lo entregó a su amiga y editora Elvira Sellerio para que lo custodiase (una leyenda urbana dice que dentro de una caja fuerte), con la orden de que saliese a la luz cuando él falleciera. Sin embargo, pasaron los años y el pronóstico no se cumplió: el escritor, nacido en Porto Empedocle en 1925, continuó escribiendo sus queridas novelitas históricas ambientadas en la Sicilia de los últimos tres siglos y unas cuantas más de la saga del comisario vigatés. En 2016, presintiendo, esta vez sí, su final, decidió revisar Riccardino (título provisional que había puesto en 2005 y que terminaría siendo el definitivo) y realizó algunas modificaciones en el lenguaje, que había evolucionado con los años, no así en el contenido, que permaneció intacto. En 2020, un año después de su fallecimiento, la editorial Sellerio publicó, por fin, las dos versiones de la novela para que el lector italiano pudiera comparar las diferencias y la evolución en el estilo de Camilleri, y dos años más tarde podemos disfrutar en castellano su lectura tras la publicación de la versión definitiva por la editorial Salamandra. 

¿Qué va a encontrar el lector en Riccardino? En primer, una entrega más de las aventuras del comisario Montalbano, con una trama bien urdida, sus característicos toques de humor y la crítica a la sociedad italiana y a su connivencia con la mafia. También encontrará a los personajes habituales: su novia Livia, el subcomisario Mimi Augello, que aquí tiene un papel meramente testimonial, el inspector jefe Fazio y el inefable Catarella con sus equívocos lingüísticos y sus antológicas meteduras de pata. Pero, además, y esto la hace especial, hallará un intermitente diálogo metaliterario entre el comisario y el Autor (con mayúsculas) al más puro estilo pirandelliano (técnica utilizada también por Miguel de Unamuno en Niebla), aunque en este caso no es Montalbano quien busca a su creador, sino que este, preocupado por el cariz que está tomando el caso, decide tomar cartas en el asunto, lo que provoca la reacción del policía en un final apoteósico, impactante y sorprendente. O, quizás, conociendo a Salvo y cómo se las gasta, no tanto.

domingo, 13 de noviembre de 2022

FÁBULAS DE ROBOTS de Stanislaw Lem

DEMASIADO HUMANOS

Nacido en la ciudad polaca de Lvov (perteneciente hoy a Ucrania) en 1921 y fallecido en Cracovia en 2006, Stanislaw Lem está considerado como el más importante escritor de novela de ciencia ficción no anglosajón. Es autor de una prolífica obra, traducida a múltiples idiomas (lo que revela el éxito de crítica y de público del que siempre ha gozado), en la que priman el tono humorístico y las reflexiones humanistas. Parte de esta producción está siendo publicada en castellano por la editorial Impedimenta en una colección en la que se incluyen algunas de sus obras más relevantes como Solaris o Fábulas de robots, que acaba de salir a la luz. Publicado originalmente en 1964, Fábulas de robots está compuesto por quince relatos protagonizados por unos seres cibernéticos que mantienen una relación problemática con los humanos (los paliduchos) en un mundo futuro con tintes distópicos. Stanislaw Lem utiliza intencionadamente los mecanismos de creación y las tramas argumentales de los relatos infantiles y de los cuentos de hadas para acentuar el carácter didáctico de unas historias que son, como reza el título, fábulas sobre la condición humana porque, al igual que ocurre en los cuentos de los hermanos Grimm, los relatos que componen el libro nos hablan con humor sobre la ambición, el temor a lo desconocido, el odio o el poder y, como en las fábulas de Esopo, de ellos se puede extraer una moraleja o enseñanza.

LOS QUE SE VAN Y LOS QUE SE QUEDAN de Parinoush Saniee

UN CANTO A LA ESPERANZA

Tras la revolución del Ayatollah Jomeini, que puso fin, en 1979, al régimen del Sha de Persia, se produjo la diáspora de parte de la población iraní, que huyó a Occidente. Las familias quedaron rotas: unos se quedaron en su tierra, sometidos a los rigores del integrismo islámico y a las penurias de los embargos económicos; otros se establecieron en países democráticos y con mayor calidad de vida, pero sintiéndose desarraigados y lamentado la ausencia de la patria. Parinoush Saniee, la escritora iraní con mayor proyección internacional (desgraciadamente, la lectura de sus libros está prohibida en su país natal), nos presenta en Los que se van y los que se quedan a una de estas familias. La matriarca, sintiendo el peso de la edad, decide reunir a todos sus hijos y nietos en una casa alquilada en Turquía con el fin de restañar las heridas. A lo largo de diez intensos días, los distintos miembros lanzarán reproches, manifestarán su envidia y rencor, ajustarán cuentas pendientes, revelarán secretos ocultos, llorarán y reirán, en un ejercicio de catarsis para, finalmente, reconocer que, a pesar de todo, se quieren y aman su tierra. Con exquisita sensibilidad, a través del diálogo de los personajes y del diario de una de las nietas, Dokhi, que actúa como testigo del encuentro, Parinoush Saniee realiza un retrato duro y dramático de la actual sociedad iraní, en la que, a pesar de todo, se vislumbra un rayo de esperanza.