EL REGRESO DE MAIGRET
Debo
reconocer que Georges Simenon (Lieja, 1903 - Lausana, 1989) es uno de mis
escritores de novela policíaca preferidos, como lo es de Andrea Camilleri, el
gran maestro del género negro en Italia, que lo adaptó a la pequeña pantalla
cuando trabajaba como guionista en la televisión pública de su país. En mi
caso, los motivos están claros: son relatos breves, con planteamientos
impecables, sin fuegos de artificio ni engaños al lector, escritos con un
estilo que aúna la concisión y la aparente sencillez. Aunque el autor no se va
por las ramas con digresiones que retardan la resolución del caso, no escatima
reflexiones (cargadas de mordaz ironía) sobre el comportamiento humano.
Por
eso, que la editorial Acantilado haya decidido reeditar primorosamente las
novelas protagonizadas por Maigret es una excelente noticia para los amantes
del género negro. La última ha sido Liberty
Bar, publicada originalmente en 1932, en la que el comisario abandona su
coto de caza particular (Paris) para encargarse de un curioso caso en la Costa
Azul: el asesinato de un empresario australiano, que ha abandonado a su
familia, los negocios y la respetabilidad burguesa para adoptar un estilo de
vida bohemio y disipado. La investigación obligará al comisario a visitar los
ambientes más variopintos (desde hoteles de lujo a inmundos tugurios) y a
tratar con personas en cuyos corazones, a pesar de pertenecer a clases sociales
muy distintas, laten las mismas bajas pasiones.
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