Félix Ángel Moreno Ruiz

lunes, 13 de junio de 2022

LOS CONSPIRADORES de Jorge Ibargüengoitia

 REVOLUCIONARIOS DE SALÓN


El 27 de noviembre de 1983, el vuelo de Avianca, procedente de Paris, se estrellaba cerca de Madrid. En aquel accidente aéreo, el segundo más trágico en suelo español tras el de Los Rodeos, perecieron los escritores Marta Traba, Ángel Rama, Manuel Scorza y el mexicano Jorge Ibargüengoitia, que se dirigían al Primer Encuentro de la Cultura Hispanoamericana, que debía celebrarse en Colombia. Jorge, que contaba cincuenta y cinco años, y era ya un escritor consagrado, uno de los máximos exponentes, junto con Carlos Fuentes, del boom latinoamericano en México, había publicado en 1981 la que, a la postre, sería su última novela, Los conspiradores (aparecida en su país natal con el título de Los pasos de López), porque el borrador de la nueva obra en la que estaba trabajando se destruyó en el accidente. Esta novela conforma, con Maten al león y Los relámpagos de agosto, la trilogía dedicada al proceso de independencia de México en los primeros años del siglo XIX. Concretamente, en Los conspiradores se narra la conjura de un grupo de criollos contra la Corona española, aprovechando la debilidad de esta por la Guerra de Independencia. El protagonista es Matías Chandón, un oficial de artillería que se traslada desde su destino anterior, en Perote, hasta la próspera Cañada, donde pretende opositar a la plaza de comandante del nuevo batallón que se está creando allí. En el camino, conoce a una serie de personajes pintorescos (los curas Concha, Pinole y Periñón, y el licenciado Manubrio) que volverán a aparecer de forma recurrente en su vida cuando se instale, como invitado, en la casa del corregidor, Diego Anquino. Tras conseguir la ansiada plaza, Matías, un tipo indolente y gris, que no posee ninguna clase de aspiración política ni ha tenido jamás ideas revolucionarias, se dejará llevar en volandas por un grupo de conspiradores de salón que discuten, entre ritos iniciáticos ridículos, sobre la conveniencia de proclamar la independencia de forma pacífica e incruenta o mediante las armas. Y ahí, como militar que es, entra en juego el oficial Chandón, quien se encargará de dirigir a la tropa de los revolucionarios. A lo largo de la trama, cuajada de situaciones rocambolescas y absurdas, de tejes y manejes, de fidelidades y traiciones, el lector va comprendiendo el verdadero significado de la novela: la desmitificación, a través del humor y de la parodia, de los procesos independentistas y de los padres de la patria, de sus verdaderas motivaciones que, la hagiografía posterior, convierte en heroicidades. De esta forma, Los conspiradores trasciende la anécdota de su ubicación cronológica y geográfica, y adquiere una dramática vigencia en pleno siglo XXI, por lo que la reedición de esta obra maestra, que ha llevado a cabo la editorial palentina Menoscuarto, se nos antoja todo un acierto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario