UNA VIDA INSATISFECHA
Tras la reunificación, Berlín se ha convertido en el Nueva York del viejo continente: un crisol de culturas, una ciudad cosmopolita, culta, refinada y elegante, que atrae cada año a numerosos europeos que buscan en ella un futuro próspero que colme sus expectativas profesionales. Es el caso de Anna y de Tom, la pareja protagonista de Las perfecciones, la última novela del escritor italiano Vincenzo Latronico (Roma, 1984), con la que ha ganado el premio Mondello. La vida parece sonreír a estos dos jóvenes: tienen un trabajo bien remunerado (diseño gráfico) que llevan a cabo desde casa, han conseguido un apartamento en una zona bien situada de la ciudad que les permite viajar por Europa los fines de semana porque lo alquilan a turistas, cultivan amistades interesantes y modernas, asisten a cócteles y exposiciones, están a la última en cachivaches tecnólogicos (incluidos los más diversos juguetes sexuales), son asiduos a las redes sociales y a las diversas aplicaciones que hacen la vida más cómoda, siguen, punto por punto, las modas que imperan en cada momento y, sin embargo, son plenamente conscientes de su insatisfacción. En Las perfecciones Vincenzo Latronico realiza un rendido homenaje a la novela Las cosas del escritor francés Georges Perec, con la que guarda evidentes paralelismos: la elegante ironía, una lúcida crítica al postureo posmoderno y el claro aviso a navegantes de que el consumismo no concede la felicidad.
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