INTRIGAS VERSALLESCAS
En el Paris de 1759, en pleno
reinado de Luis XV, se produce una serie de misteriosos crímenes cometidos
contra mujeres que aparecen asesinadas en plena calle con el rostro desollado.
Del caso se encarga el caballero del Volnay, comisario de las muertes extrañas.
Este policía, incorrupto e independiente,
investiga todos los crímenes curiosos que ocurren en la ciudad del Sena y tiene
plenos poderes para ello desde el día en que Damiens, un fanático justiciero,
intentó asesinar al rey y Volnay se lo impidió. El comisario no está solo en su
trabajo: cuenta con la ayuda de un monje hereje, mitad alquimista, mitad
espadachín, que se encarga de realizar las autopsias y de estudiar, con
criterios científicos, las pruebas que van apareciendo. Junto al cadáver de
Hervé, la primera víctima, Volnay descubre una carta que implica directamente a
Luis XV en el crimen. También descubre que varios personajes oscuros están dispuestos
a todo para conseguirla. El policía y su ayudante se ven envueltos en una peligrosa
conspiración en la que están implicados los miembros del Partido Devoto ―con el
siniestro Ofag y su esbirro Wallace a la cabeza―, el conde Giacomo Casanova, la
marquesa de Pompadour, amante favorita del rey, el conde de Saint-Germain y los
miembros de la temible Hermandad de la Serpiente. Además, Volnay ha de luchar
contra sus propias convicciones porque, por una parte, como buen funcionario,
debe fidelidad al rey y, por otra, es un hombre íntegro que observa con horror
los desmanes y la depravación del monarca.
Con estos mimbres, el francés
Olivier Barde-Cabuçon construye en este primer caso del comisario Volnay ―el
segundo, titulado Misa negra, será
publicado en breve también por la editorial Siruela― una historia repleta de
conspiraciones, intrigas y traiciones, en las que se ven envueltos personajes
reales y ficticios. Sin llegar a ser una novela histórica, el autor ha sabido ambientar
la trama en las postrimerías del absolutismo monárquico y retratar con acierto aquellos
peligrosos años previos a la Revolución Francesa. Además, no cae en el error ―frecuente
en este tipo de obras― de insertar extensas y aburridas digresiones, aunque sí
aparecen abundantes explicaciones sobre costumbres y lugares de la época. Otro
acierto es la sabia mezcla entre novela policíaca ―con sus sospechosos
habituales, sus vueltas de tuerca y su final sorprendente― y de aventuras. Y es que Casanova y la mujer sin rostro es una digna heredera de las novelas
de capa y espada de Alejandro Dumas ―inevitablemente, muchos pasajes recuerdan
a la saga de Los tres mosqueteros―, cuyo principal referente en España es
la serie protagonizada por el capitán Alatriste, el personaje surgido de la
pluma de Pérez Reverte.
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