NADA ES LO QUE PARECE
Laberinto de mentiras
es la última obra del escritor y abogado Rafael Escuredo (Estepa, 1944), que
acaba de publicar la editorial Almuzara en su colección de novela policíaca Tapa negra. El que fuera primer
presidente de la Junta de Andalucía ha cultivado con notable éxito la poesía (Un mal día), el relato (Cosas de mujeres) y el artículo
periodístico (Andalucía irredenta), y,
sobre todo, la novela, con cinco títulos hasta la fecha, entre los que destaca Leonor, mon amour, con la que obtuvo el
Premio Andalucía de la Crítica en 2005.
En esta ocasión, el
protagonista es Juan Sobrado, inspector con destino en la brigada de la policía
judicial de Madrid, que ya había aparecido en una entrega anterior, El blanco círculo del miedo, donde tuvo
que resolver el asesinato de Claudia Morante. Ahora se ve involucrado de lleno
en un caso aún más terrible cuando Carlos, uno de los hijos que su esposa
Cristina tiene de una relación anterior, le pide que proteja a su novia, una
joven china, y a sus padres, que han sido amenazados de muerte. Sobrado se
acerca al restaurante que regentan, pero llega tarde: la familia al completo ha
sido ahorcada y él recibe un golpe en la nuca que casi acaba con su vida. A
partir de ese momento, se inicia una peligrosa investigación que lo llevará a
desentrañar, como reza el título, un laberinto de mentiras en el que nada es lo
que parece. En un principio, todo apunta a que se trata de otro ajuste de
cuentas entre miembros de las mafias chinas que operan en España o de un vulgar
caso de extorsión, pero pronto descubre que el asesino ya ha cometido más
crímenes similares y que, probablemente, actúa solo. En el proceso de
investigación se las tendrá que ver con peligrosos guardaespaldas, miembros del
servicio de inteligencia, compañeros vanidosos y jefes incompetentes, al tiempo
que inicia un vertiginoso descenso al infierno: Cristina se separa de él,
hastiada de que anteponga su trabajo a la vida familiar, y ve impotente cómo su
salud se debilita por los excesos y la falta de sueño.
Rafael Escuredo ha escrito una novela con una sólida trama,
a medio camino entre la novela negra y la de aventuras, en la que cabe destacar
la creación de personajes, de entre los que sobresalen sus protagonistas. Con
poderosas influencias anglosajonas, Sobrado es un policía incorruptible e
individualista, que oculta su bondad bajo la aspereza y la coraza del mal humor,
alcohólico, compulsivo bebedor de café y fumador empedernido a quien le da
réplica un asesino despiadado, inteligente y metódico. A eso se añade una sabia
dosificación de la acción y de los clímax internos, que culminan en un final
espectacular, digno de las mejores novelas negras.
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