CÓMICS Y NOVELA NEGRA
En el Transilvania Exprés, un restaurante sevillano de
temática gore, es brutalmente
asesinado su contable, Martín Merlo. Junto al cadáver ensangrentado, que ha
sido destrozado con herramientas de bricolaje, aparecen unas viñetas de Tintín.
De esta forma tan rotunda e impactante comienza Temblad villanos, la última novela de Luis Manuel Ruiz (Sevilla,
1973), que ha obtenido recientemente el premio Málaga de novela 2014. De la
resolución de este misterioso caso se encarga Esther Béjar, una inspectora que
abandona su prometedora carrera en Madrid y se instala en la capital andaluza
huyendo de Adán, su esposo, escapista de profesión. La acompañan en la nueva
aventura vital su madre, aficionada a los
programas basura de cotilleos, y Tomás, alias el Bicho, un hijo superdotado de
cuatro años que prefiere entretenerse leyendo libros científicos en lugar de
ver las series de dibujos animados como cualquier niño de su edad. Cuando se
presenta en su destino, descubre que la policía sevillana está dedicada en
pleno a la caza y captura del misterioso asesino del tobillo, un criminal en serie que mata a jóvenes a las
que previamente les ha cortado el pie y ha violado. Como no hay más agentes
disponibles, ella se encarga de la muerte en el restaurante. Sin embargo, lo
que en principio parece un asunto sin importancia se convierte en un caso muy
complejo cuando aparecen más cadáveres horriblemente mutilados y más viñetas de
cómics, ahora de Corto Maltés, Conan el Bárbaro o Blake y Mortimer. Pero Esther
no está sola: la acompaña en la búsqueda del asesino su escudero particular, Mo
Pardo, un estrafalario personaje, aquejado del síndrome de Diógenes, que tiene
un talento innato para los idiomas y un cerebro digno de Sherlock Holmes.
Juntos recorrerán desde los lugares más rancios y típicos a los más cutres de
la ciudad hispalense en una carrera contra el tiempo.
Luis Manuel Ruiz ha creado un pastiche de diversos
subgéneros narrativos (negro, de aventuras, de suspense), en el que es posible
rastrear influencias claras del thriller americano. A pesar de que se
trata de una novela de género, el autor no ha descuidado el estilo; al
contrario, ha dotado a la voz del narrador de una particular mirada, no exenta
de lirismo, que basa su principal arma en el humor, la ironía y los juegos
literarios. Esto hace de Temblad villanos
una novela solvente, bien escrita, llena de situaciones hilarantes (magistrales
son las escenas en las que la madre ve en la televisión Sálvame, el programa que conduce Jorge Javier Vázquez), de
continuos giros en la trama, en la que destaca, por encima de todo, el retrato
de personajes, tanto de ficción como reales, aunque, a veces, no aparezcan con
su verdadero nombre.
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