ALGO MÁS QUE UN CUENTO INFANTIL
La periodista y novelista británica Angela Carter
(Eastbourne, 1940), fallecida prematuramente en 1992, está considerada como una
de las más reputadas escritoras de literatura fantástica en lengua inglesa.
Autora de novelas de éxito comercial ―algunas,
como La juguetería mágica, han sido
llevadas al cine―, escribió también
varios libros de relatos. Precisamente, la editorial Sextopiso acaba de editar
en España La cámara sangrienta ―cuyo
título original, cuando apareció en 1979 por primera vez, era La cámara sangrienta y otros cuentos―,
un conjunto de relatos que versionan varios de los cuentos fantásticos y de
hadas más conocidos de la Literatura tradicional. Así, el que da título al
libro es una adaptación de Barba Azul de Charles Perrault; en El cortejo del señor León y en La novia del tigre, se hace lo propio
con La Bella y la Bestia de Beaumont;
El gato con botas versiona el relato
homónimo de Perrault; en La dama de la
casa del amor, encontramos los ecos de Drácula
de Bram Stoker; El hombre lobo y La compañía de los lobos son una
interesante revisión de Caperucita roja de
los hermanos Grimm; en Lobalicia, relato
que cierra el libro, se aborda el tema de la licantropía, presente ya en Las metamorfosis de Ovidio. En total,
son diez cuentos de extensión variable: el primero, La cámara sangrienta, podría considerarse una novela breve; por el
contrario, La niña de nieve posee la
sugerente brevedad de un microrrelato. Sin embargo, es posible atisbar en todos
ellos algunos elementos comunes. En primer lugar, la autora da una vuelta de
tuerca al cuento tradicional pues lleva a cabo una relectura con finales
originales y giros sorprendentes. También hay un novedoso cambio de
perspectiva: el personaje femenino se convierte en la voz del narrador, deja de
ser un mero objeto pasivo y adquiere un papel primordial en la historia. Por
otra parte, el ambiente erótico impregna todos los cuentos y les otorga un aire
de decadencia con claros influjos del marqués de Sade. Además, Angela Carter profundiza
en la atracción morbosa que tiene el ser humano por lo aborrecible, por lo
monstruoso, y en los mecanismos del subconsciente que desencadenan esa
atracción. Esto lo consigue, en parte, gracias a una cuidada ambientación
gótica que convierte el terror en un elemento constante en las narraciones. Y
todo ello elaborado con bellas imágenes, con una prosa densa, parsimoniosa, que
se complace en los detalles. A estos logros se añaden la cuidada edición de
Sextopiso y las sugerentes ilustraciones de la chilena Alejandra Acosta, que
convierten La cámara sangrienta en un
libro cuya lectura resulta imprescindible, no solo para los amantes de la
literatura fantástica, sino para cualquier aficionado a la buena literatura.
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