DESMITIFICANDO EL PASADO
Los
lanzallamas es la segunda y premiada novela de Rachel Kushner (Oregon,
1968), una de las nuevas promesas de la narrativa femenina norteamericana.
Ambientada en el Nueva York de los años setenta del pasado siglo, está
protagonizada por Reno, una joven inteligente, perspicaz y madura, que, después
de terminar sus estudios en la universidad, se instala en la ciudad de los
rascacielos para llevar a cabo un viaje de iniciación artística y vital. Allí
entra en contacto con un conjunto de personajes variopintos que forman la
vanguardia intelectual de la ciudad. Entre ellos se encuentra Sandro, un joven
italiano miembro de los Valera, una familia de industriales de origen milanés
que es conocida en todo el mundo por sus deportivos y sus motos de gran
cilindrada, y con el que mantiene una intermitente relación sentimental. Esto
le permitirá a la joven viajar a Italia, donde entrará en contacto con un país
conmocionado por la corrupción política, las huelgas y los atentados
terroristas de las brigadas rojas. Aunque en la novela aparecen diversos
espacios geográficos de Estados Unidos y de Europa ―Reno, el salar de
Bonneville en Utah, Suiza, Roma, Milán, Florencia―, que reflejan un mundo en
crisis ―el de los convulsos años setenta―, la verdadera protagonista es, sin
duda, Nueva York, una ciudad que ha perdido su tejido industrial, sucia,
anárquica, en declive, pero que es la preferida por la nueva generación de
intelectuales y artistas surgida de las cenizas de la guerra de Vietnam y del
movimiento hippie: gente despreocupada, que emplea la mayor parte de su tiempo
en buscar nuevas sensaciones, violenta, con una atracción morbosa por las armas
y por lo todo lo prohibido.
Rachel Kushner utiliza con notable
acierto la intercalación de tramas con las que conforma el complejo puzle que
constituye la novela. La voz narrativa en primera persona de Reno se mezcla con
la del narrador omnisciente que cuenta la historia del clan Valera, desde sus inicios
―cuando su fundador era un joven ambicioso que participaba en la primera guerra
mundial, en el movimiento futurista o en el incipiente fascismo― hasta el
momento en que se convierte en una da las familias industriales más pujantes
del país transalpino. En este viaje al pasado, el lector asiste sobrecogido al
devenir de unos personajes sin escrúpulos, que están dispuestos a todo,
incluido el crimen, para conseguir sus objetivos. Pero, quizás, el mayor logro
del libro sea la mirada abierta e irónica de Reno, de la que se sirve la autora
para ofrecernos una visión desengañada de unos años mitificados posteriormente,
en los que el genio se mezclaba con la desorientación de una generación
atrapada en el sexo, las drogas y la velocidad.
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