A VUELTAS CON LA VIDA
Una
madre, la última novela de Alejandro Palomas (Barcelona, 1967), publicada
por Siruela en su colección Nuevos Tiempos, cuenta la historia de una atípica
familia catalana de clase media venida a menos que, tras muchas vicisitudes, se
reúne a cenar en Nochevieja. Son seis personas, todas muy singulares, todas con
una sorpresa que contar a los demás: Mariela, la madre, después de soportar
durante muchos años la tiranía de su marido, un estafador de poca monta, vive
ahora divorciada en un apartamento de una urbanización para ancianos; liberada
de las ataduras, ha comenzado a disfrutar de la vida con su particular forma de
entenderla y tiene pensado marcharse a Cuba para casarse con un jovencito en
compañía de una estrambótica amiga. El tío Eduardo, su hermano, es un mujeriego
empedernido metido siempre en negocios de dudosa legalidad que anuncia su
inminente boda con un transexual portugués. Silvia, la hija mayor, vive volcada
en su trabajo en una multinacional farmacéutica después de ver frustrada su
vocación de ser madre. Emma, la segunda hija, tras haber perdido a su prometida
en un accidente de tráfico, ha rehecho su vida con Olga, que también ha acudido
a la cena, y ambas esperan un bebé. Finalmente, Fernando, que da voz al
narrador, comparte su soledad con Max, un perro que le regaló su novio Andrés, el
día de su ruptura.
Dividida en cuatro partes, la
acción transcurre en varias horas, desde que llegan los invitados a casa de la
madre hasta que se marchan de madrugada. Sin embargo, el autor hace un uso
continuo del flashback, de los viajes
al pasado, para justificar los comportamientos actuales de cada uno de los
personajes, lo que le permite realizar un análisis pormenorizado de las
relaciones familiares, de la telaraña de sentimientos y de los ajustes de
cuentas pendientes. Aunque, por el tema tratado, la novela se presta a la
agresividad verbal, Alejandro Palomas bucea en el alma de los personajes, en
sus dudas y miserias, con exquisita sensibilidad y, sobre todo, con un gran
sentido del humor ―en algunos momentos, las situaciones cómicas llegan a ser
hilarantes―, que permiten un final optimista, en el que, a pesar de todas las
desgracias vividas, siempre queda la vida como un regalo, un don preciado que
se nos ha concedido y del que no se puede huir. La madre, con sus aparentes
despistes que ocultan un profundo conocimiento de la naturaleza humana, se
convierte así en el elemento vertebrador de la familia, que ilumina la
existencia de los hijos. De esta forma, el autor ha logrado realizar una acertada radiografía de la compleja sociedad española
actual y de las múltiples relaciones que la conforman.
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