LA CARA OCULA DE SUECIA
La visión de Estocolmo como una metrópoli moderna y segura
desaparece cuando nos adentramos en la lectura de El hombre invisible de
Salem, la tercera novela de Christoffer Carlsson (Halmstad, 1986), una de
las grandes promesas de la narrativa nórdica. Ganadora en 2013 del prestigioso
premio a la mejor obra del año de la academia sueca de escritores de novela
negra, tiene como protagonista a Leo Junker, policía de asuntos internos que ha
sido apartado del servicio activo después de verse involucrado en la muerte de
un compañero durante una operación antidroga en la isla de Gotland. Tras este
incidente, entra en una espiral de degradación marcada por el alcohol y los
antidepresivos, pero su situación se complica aún más cuando, en la Residencia
Chapman, una especie de albergue para indigentes situado en el edificio donde
reside, aparece asesinada una toxicómana. Sospechoso del crimen, se ve obligado
a llevar a cabo una investigación paralela para averiguar quién y por qué puede
estar interesado en incriminarlo. Para ello, tendrá que bucear en el pasado, en
los recuerdos de Salem, uno de los barrios más humildes y conflictivos de la
capital sueca en el que se crio como un chico más de la calle. Con este
argumento, Carlsson ha escrito una novela de compleja estructura, que no evita
las escenas escabrosas para ofrecernos una imagen nada amable de una ciudad con
severos problemas de drogas, violencia juvenil e inmigración.
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