SIN CONCESIONES
Como un puñetazo en el hígado.
Así son los relatos que aparecen en Esbirros, el último libro de mexicano Antonio Ortuño (Jalisco, 1976), unas de las voces más aclamadas y fértiles de la nueva generación de narradores hispanoamericanos, que está renovando el género con interesantes propuestas tanto temáticas como estilísticas.
Así son los relatos que aparecen en Esbirros, el último libro de mexicano Antonio Ortuño (Jalisco, 1976), unas de las voces más aclamadas y fértiles de la nueva generación de narradores hispanoamericanos, que está renovando el género con interesantes propuestas tanto temáticas como estilísticas.
Publicado por Páginas de espuma (editorial que está apostando fuerte por el cuento, que se encuentra en un momento dulce por la variedad de autores y por la calidad de sus creaciones), el libro se divide en tres partes de desigual extensión. La primera (titulada “Ayer”), contiene dos cuentos que se sitúan, como reza el título, en tiempos pretéritos y entronca con los apólogos medievales y las narraciones de origen oriental como Las mil y una noches. La tercera (“Mañana”), formada por un solo relato, es una distopía futurista en la que los roles de género se han invertido. La parte central (“Hoy”) es la más extensa y está situada en el México actual. Son ocho historias de violencia extrema y sin sentido que reflejan la grave crisis ética e institucional en la que está sumido el país latinoamericano.
Aunque, en palabras del propio autor, los relatos “carecen de moraleja”, encontramos en todos ellos una visión hobbesiana de la vida: el hombre es su peor enemigo porque esclaviza a sus semejantes y hace de estos víctimas de sus frustraciones. Siempre habrá, parece decirnos Ortuño, jefes y esbirros.
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