CRIMEN Y MISTERIO A LOS PIES DEL ETNA
Isla de Sicilia. El Etna entra, una vez
más, en erupción. Mientras arroja lava y las localidades vecinas se cubren de
ceniza negra, en una mansión de Sciara aparece el cadáver momificado de una
mujer oculto en un montacargas que lleva más de medio siglo sin utilizarse
porque la villa, a raíz del asesinato de su dueño, Gaetano Burrano, fue
abandonada por la esposa de este, Teresa, una mujer avara y sin escrúpulos, que
se complace en tratar como un siervo a su sobrino y único heredero, Alfio
Burrano. Es este quien descubre el cadáver cuando Chadi, un trabajador de origen
tunecino, al que tiene contratado para mantener en pie la finca, le avisa de
que hay filtraciones de agua en las paredes de la casa. A partir de ese momento,
se pone en marcha la maquinaria policial para desentrañar el misterio que
envuelve al cadáver, intentar identificarlo, explicar por qué fue emparedado en
vida y, lo más arduo, encontrar al culpable que, dado el tiempo que ha
transcurrido desde el crimen, posiblemente ha fallecido. La encargada del caso
es la subcomisaria Giovanna Garrasi, conocida por todos como Vanina, una mujer
perspicaz y osada, que ha estado combatiendo con valentía al crimen organizado
en su ciudad natal, Palermo, y que ahora está destinada en la comisaría de
Catania. Allí cuenta con la ayuda inestimable de los inspectores Carmelo Spanò
y Marta Bonazzoli, del médico forense Adriano Calí y del comisario retirado
Biagio Patanè, con los que se embarcará en una investigación repleta de
vericuetos y giros inesperados que conducirán a un final digno de las mejores
novelas policíacas clásicas. Porque Arena
negra es, sin duda alguna, un rendido homenaje al género negro, con
innumerables guiños a obras y a autores consagrados, como el mismísimo Andrea
Camilleri, cuya novela El perro de
terracota parte de la misma anécdota argumental. En el caso de la obra del
escritor siciliano, aparecían ocultos en una cueva, tras una falsa pared, los
cadáveres de dos jóvenes que habían fallecido en plena Segunda Guerra Mundial,
por lo que el comisario Montalbano se veía obligado a iniciar una investigación
que anclaba sus raíces en el pasado, como hace ahora la subcomisaria Vanina con
el cadáver de la villa de Sciara. No son estas las únicas similitudes con Montalbano:
al igual que este, Vanina es una enamorada de la gastronomía siciliana, es
inteligente, posee un acendrado y particular código ético, es fiel a sus amigos
y arrastra traumas familiares. Y, como el policía ideado por la pluma de
Camilleri, la subcomisaria palermitana ha venido para quedarse. Así lo
demuestra el éxito de crítica y de público que ha tenido en Italia Arena negra, publicada originariamente
en 2018, que ha animado a su autora, la oftalmóloga Cristina Cassar Scalia, a
escribir tres novelas más, que verán la luz en España en los próximos años.
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