UNA FIGURA DESCONCERTANTE
“Hermana
de Victoria Ocampo, esposa de Adolfo Bioy Casares, amiga íntima de Jorge Luis
Borges, una de las mujeres más ricas y extravagantes de Argentina, una de las
escritoras más talentosas y extrañas de la literatura en español: todos estos
títulos no la explican, no la definen, no sirven para entender su misterio”. Así califica la escritora y periodista
Mariana Enríquez (Buenos Aires, 1973) a Silvina Ocampo en La hermana menor, un libro que es más que una biografía de la artista
bonaerense (fallecida en 1993, a los
noventa años, víctima del alzhéimer) pues analiza también la época que le tocó
vivir y su obra literaria, utilizando para ello numerosas fuentes, que incluyen
cartas, testimonios y opiniones de personas que la trataron en vida, de críticos
literarios y de sus amigos más cercanos.
Conforme
nos adentramos en la lectura del libro, vamos tomando conocimiento de un
personaje fascinante y encantador, con un don especial para provocar la
admiración ajena (tanto por su belleza física como por su inteligencia,
elegancia y savoir faire), con una
imaginación e inventiva desbordantes que puso al servicio de la escritura de
cuentos con notable maestría. Sin embargo, en una vida tan extensa e intensa
también hubo lugar al sufrimiento; el mayor, quizás, la desgracia de ser
siempre “la hermana menor”, permanecer a la sombra de personalidades
desbordantes y arrolladoras como Victoria, Bioy Casares o Borges. Para remediar
esta injusticia, Mariana Enríquez ha escrito un hermoso libro que reivindica su
figura.
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