Félix Ángel Moreno Ruiz

lunes, 6 de junio de 2016

LA AGENDA NEGRA de Manuel Moyano

MANUAL DE AUTODESTRUCCIÓN


Manuel Moyano (Córdoba, 1963) es un prolífico y reputado autor de relatos, que también ha cultivado la novela fantástica y policíaca con notable éxito. Su última publicación es Agenda negra, una novela corta editada por Pez de plata e ilustrada por Enrique Oria.
La obra, narrada en primera persona por su protagonista, un tal Ulises Roma que oculta su verdadero nombre, cuenta el descenso vertiginoso a los infiernos de un hombre de mediana edad que, tras el fallecimiento de su esposa Lola, víctima de un absurdo accidente de tráfico, abandona su puesto de trabajo, corta cualquier relación con sus hijos y nietos, y se dedica a emborracharse ―un día sí y otro también― con la intención de anestesiar su conciencia, olvidar los recuerdos y buscar una fórmula lenta, pero inexorable, de suicidio. Sin embargo, las brumas del alcohol no le impiden ser testigo un día de un acontecimiento que cambiará su vida: el descubrimiento de una extraña agenda con las tapas negras que contiene una serie de nombres, números de teléfono y unas escalofriantes anotaciones. Ignorando el peligro, víctima de su impulsividad y de los excesos del alcohol, decide llamar a uno de los números y, a partir de entonces, su vida entrará en una espiral de violencia, sangre y demencia que le ofrecerá, no obstante, un motivo para dejar la bebida y regenerarse pues toma conciencia de que, por encima de todo, es más poderoso el instintivo deseo de seguir viviendo que el de dejarse morir.
Como en los relatos fantásticos de Guy de Maupassant o como en el Lazarillo de Tormes, Manuel Moyano utiliza la clásica, pero efectiva, técnica de la analepsis ―el protagonista comienza la historia cuando se encuentra al final de la misma y luego se retrotrae al pasado para, finalmente, cerrar la trama en las últimas páginas de libro― con el fin de otorgar verosimilitud a un relato que, por momentos, parece ser fruto de los delirios de un paranoico, víctima de los efluvios del alcohol. Sin embargo, este halo surrealista y kafkiano  ―a veces asfixiante, a veces terrorífico― que envuelve la trama es todo un acierto narrativo porque consigue que el lector empatice con un personaje que, a priori, tiene escaso atractivo. Con el corazón encogido, asistimos al deambular de Ulises Roma por las páginas del libro, a sus continuas meteduras de pata, a sus borracheras, a sus anhelos y miedos, a sus impulsos irrefrenables, a sus actos cobardes y, a la vez, osados.
Agenda negra es un relato negro, pero también es una novela de aventuras policíacas, un subgénero que estuvo de moda a principios del siglo XX y cuyo máximo exponente es Los cuatro grandes de Agatha Christie. En este tipo de obras, el protagonista lucha contra una sociedad secreta, capitaneada por un ser maquiavélico, que suele ser un demente y que desea, en compañía de sus acólitos y seguidores, llevar el mundo hacia su destrucción. Ahora Manuel Moyano ha tomado el relevo de la escritora inglesa para crear una sólida historia en la que se reflexiona sobre la justicia y lo difícil que es impartirla con imparcialidad.

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